Cambios? El titiritero sigue igual
Por Isa Dobles
Nadie puede negar, y si lo hace es por llevar la contraria, que Venezuela cambió con el resultado del 2 de Diciembre. Pero en ese estilo propio de este gobierno y muy especialmente de Chávez mismo, la aparente conducta revolucionaria sigue como si nada hubiera pasado.
Si no, ¿cómo se explicarían las continuas violaciones que insisten en el modelo “socialista” que se rechazó? Por supuesto que desde esa primera reacción de Chávez cuando además de calificar esa decisión de “pírrica” la tildaba de “m…”, uno sabía que esa sería la posición de Chávez y los suyos, la misma que han asumido ante los conflictos y los atropellos a derechos y ciudadanos.
Pero lo importante es que ante un viraje tan contundente del País, uno no se acostumbre a seguir aguantando lo que rechazó. Que exijamos el respeto merecido y bien ganado. Y es que es un absurdo aceptar que todo siga igual, como si nada. Ver a Chávez hablar en primera persona como siempre lo ha hecho, choca. Verlos mentir y negar que mintieron, como se los demuestra Globovisión a cada rato, es ya insoportable. Es un agravio, una tremenda falta de respeto.
Los ataques, amenazas e insultos al Presidente Uribe no tienen nada que ver con el pueblo venezolano, con los que dijimos el 2 de Diciembre: “NO”. Como no tienen nada que ver Piedad Córdova o Marulanda, Juan Barreto o Cilia Flores. Estas páginas garabateadas de vilezas y mediocridades no pueden seguir engrosando la historia de Venezuela.
Este hombre enloquecido que miente descaradamente, que pisa en falso a cada instante, que sigue colocando a Venezuela al borde de desastres y guerras, no puede seguir haciendo de las suyas impunemente porque este País no es suyo, el “YO” personalista y abusador tiene que haberse moderado porque la señal fue determinante, perentoria.
Ahora, después de nueve, “9″ años, es que este gobierno se da cuenta que hay desabastecimiento y dengue, que la tuberculosis, el mal de chagas , la malaria , la parotiditis y hasta la lepra, si proliferan en ciudades y hospitales.
Todavía nos viene encima otra vez la misma arremetida publicitaria, manipuladora y mentirosa de todos los encuentros electorales… ¿y vamos a dejar que todo siga igual? ¿Que este lavado de cerebro con la ignorancia vuelva a enfrentarnos, a distanciarnos en ese odio amargo de esta cantidad de resentidos sociales y funcionarios de prontuario que no quieren aceptar que ya todo cambió?
En estos meses que faltan para esas nuevas elecciones vamos a quedarnos pasivamente callados mientras se sigue violando la mayor y más trascendente decisión tomada. ¿Hay amnistía y status para los terroristas, pero no para los policías que defendieron nuestras vidas ante los facinerosos de Puente Llaguno; Saul Ortega pide a la Asamblea apoyar a Chávez en su solicitud de reconocimiento a la guerrilla de las FARC, se alzan las manos de la mascarada parlamentaria y la Presidenta cuenta para aprobarlo, lo informan los medios y lo niega Cilia Flores: Marionetitas grotescas de un titiritero que ya no coordina los hilos de sus movimientos. Venezuela cambió. Es verdad. Pero no se nos puede olvidar!
Nadie puede negar, y si lo hace es por llevar la contraria, que Venezuela cambió con el resultado del 2 de Diciembre. Pero en ese estilo propio de este gobierno y muy especialmente de Chávez mismo, la aparente conducta revolucionaria sigue como si nada hubiera pasado.
Si no, ¿cómo se explicarían las continuas violaciones que insisten en el modelo “socialista” que se rechazó? Por supuesto que desde esa primera reacción de Chávez cuando además de calificar esa decisión de “pírrica” la tildaba de “m…”, uno sabía que esa sería la posición de Chávez y los suyos, la misma que han asumido ante los conflictos y los atropellos a derechos y ciudadanos.
Pero lo importante es que ante un viraje tan contundente del País, uno no se acostumbre a seguir aguantando lo que rechazó. Que exijamos el respeto merecido y bien ganado. Y es que es un absurdo aceptar que todo siga igual, como si nada. Ver a Chávez hablar en primera persona como siempre lo ha hecho, choca. Verlos mentir y negar que mintieron, como se los demuestra Globovisión a cada rato, es ya insoportable. Es un agravio, una tremenda falta de respeto.
Los ataques, amenazas e insultos al Presidente Uribe no tienen nada que ver con el pueblo venezolano, con los que dijimos el 2 de Diciembre: “NO”. Como no tienen nada que ver Piedad Córdova o Marulanda, Juan Barreto o Cilia Flores. Estas páginas garabateadas de vilezas y mediocridades no pueden seguir engrosando la historia de Venezuela.
Este hombre enloquecido que miente descaradamente, que pisa en falso a cada instante, que sigue colocando a Venezuela al borde de desastres y guerras, no puede seguir haciendo de las suyas impunemente porque este País no es suyo, el “YO” personalista y abusador tiene que haberse moderado porque la señal fue determinante, perentoria.
Ahora, después de nueve, “9″ años, es que este gobierno se da cuenta que hay desabastecimiento y dengue, que la tuberculosis, el mal de chagas , la malaria , la parotiditis y hasta la lepra, si proliferan en ciudades y hospitales.
Todavía nos viene encima otra vez la misma arremetida publicitaria, manipuladora y mentirosa de todos los encuentros electorales… ¿y vamos a dejar que todo siga igual? ¿Que este lavado de cerebro con la ignorancia vuelva a enfrentarnos, a distanciarnos en ese odio amargo de esta cantidad de resentidos sociales y funcionarios de prontuario que no quieren aceptar que ya todo cambió?
En estos meses que faltan para esas nuevas elecciones vamos a quedarnos pasivamente callados mientras se sigue violando la mayor y más trascendente decisión tomada. ¿Hay amnistía y status para los terroristas, pero no para los policías que defendieron nuestras vidas ante los facinerosos de Puente Llaguno; Saul Ortega pide a la Asamblea apoyar a Chávez en su solicitud de reconocimiento a la guerrilla de las FARC, se alzan las manos de la mascarada parlamentaria y la Presidenta cuenta para aprobarlo, lo informan los medios y lo niega Cilia Flores: Marionetitas grotescas de un titiritero que ya no coordina los hilos de sus movimientos. Venezuela cambió. Es verdad. Pero no se nos puede olvidar!
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