Cortina de humo
Por Teodoro Petkoff - TalCual
¿Cómo explicar el comportamiento de Chávez en relación con Colombia? ¿Tiene alguna lógica esta conducta aparentemente irracional? Si. Tiene la lógica ilógica de quien aspira a desviar la atención de los problemas internos del país, que siente cada día más indomesticables, mediante la creación de una crisis internacional que provoque la "unión sagrada" en torno suyo, frente a un supuesto enemigo externo.
Habida cuenta de que el presidente sabe perfectamente que toda su cháchara sobre una invasión proveniente del " imperio" no la toma en serio nadie -ni siquiera él mismo-, calcula, sin embargo, que una tensión de alto voltaje con el país vecino podría devolverle parte de una popularidad que se está derritiendo como hielo bajo el sol.
Después de la liberación de Clara Rojas y Consuelo González no había razones para las posteriores declaraciones de Chávez. Al contrario, los puntos que había ganado internacionalmente con el "desagravio" de las Farc hacia él, le habrían permitido mantener su rol de mediador, sino oficialmente al menos oficiosamente. Pero, eso habría significado un mejoramiento casi instantáneo de las relaciones entre ambos gobiernos, lastimadas por los impertinentes ataques de nuestro presidente hacia el colombiano. Mas, no es eso lo que lo que quería Chávez. Quiere una crisis que opere como la cortina de humo que cree necesario tender sobre los asuntos internos.
¿Cómo explicar el comportamiento de Chávez en relación con Colombia? ¿Tiene alguna lógica esta conducta aparentemente irracional? Si. Tiene la lógica ilógica de quien aspira a desviar la atención de los problemas internos del país, que siente cada día más indomesticables, mediante la creación de una crisis internacional que provoque la "unión sagrada" en torno suyo, frente a un supuesto enemigo externo.
Habida cuenta de que el presidente sabe perfectamente que toda su cháchara sobre una invasión proveniente del " imperio" no la toma en serio nadie -ni siquiera él mismo-, calcula, sin embargo, que una tensión de alto voltaje con el país vecino podría devolverle parte de una popularidad que se está derritiendo como hielo bajo el sol.
Después de la liberación de Clara Rojas y Consuelo González no había razones para las posteriores declaraciones de Chávez. Al contrario, los puntos que había ganado internacionalmente con el "desagravio" de las Farc hacia él, le habrían permitido mantener su rol de mediador, sino oficialmente al menos oficiosamente. Pero, eso habría significado un mejoramiento casi instantáneo de las relaciones entre ambos gobiernos, lastimadas por los impertinentes ataques de nuestro presidente hacia el colombiano. Mas, no es eso lo que lo que quería Chávez. Quiere una crisis que opere como la cortina de humo que cree necesario tender sobre los asuntos internos.
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