Bolivar reinvindicado

ALEJANDRA DE VENGOECHEA. ABC. España

Intelectuales colombianos y venezolanos reivindican la figura de Bolívar

Un grupo de más de 60 intelectuales colombianos y venezolanos, encabezados por el Nobel Gabriel García Márquez, los escritores Santiago Gamboa y Juan Carlos Botero y los periodistas Daniel Samper Pizano y Enrique Santos Calderón, han firmado una declaración en la que señalan que «(...) no podemos admitir que el nombre del libertador Simón Bolívar se invoque para dividirnos y no para ratificar una unión establecida desde siempre gracias a una identidad común. Las inquietudes que expresamos son profundamente compartidas a los dos lados de la frontera por una opinión pública que no acepta falsos litigios y divisiones».

Esa ha sido la respuesta de la intelectualidad colombo-venezolana a la iniciativa del presidente venezolano, Hugo Chávez, de crear una Comisión Presidencial para investigar la muerte de Simón Bolívar. Según Chávez existen dudas sobre si el libertador (1783-1830) murió de muerte natural o fue envenenado en Colombia. Para ello, la comisión chavista disfruta de poder para exhumar los restos de Bolívar.

Tensión verbal
Las tensiones entre Colombia y Venezuela, con 2.200 kilómetros de frontera común, empezaron a finales del año pasado luego cuando Uribe rompió la mediación de Chávez para liberar a 44 rehenes de las FARC para intercambiarlos por centenares de rebeldes presos.

Tras acusar a Uribe de narcotraficante arrodillado ante el imperio estadounidense, y responder Uribe que no permitiría a Chávez exportar su revolución a Colombia, el presidente venezolano ha pedido investigar las verdaderas causas de la muerte de Bolívar, quien, en su opinión, «no habría fallecido a causa de la tuberculosis, tal y como indica la historia, sino que pudo ser asesinado en Colombia».

En la capital colombiana, Álvaro Uribe aprovechó la celebración el próximo 4 de febrero de la gran marcha mundial contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) -convocada desde internet y respaldada por más de 130 ciudades del mundo- para decir en tono diplomático que «pido a los manifestantes no agredir a ningún país o Gobierno, especialmente, con nuestros hermanos y vecinos».