Chavistas infieles
Son muchas las razones que explican el fracaso electoral de Chávez en el pasado referéndum. Hemos comentado algunas de ellas, dentro de las cuales cabe destacar: la característica radical de la propuesta, la participación de los estudiantes, el ataque frontal del general Baduel y de Marisabel de Chávez, el deslinde de Podemos, la reticencia de los gobernadores y alcaldes chavistas a perder sus cuotas de poder y la acción inteligente de algunos partidos políticos de oposición.
Pero el último reporte quincenal de escenarios Datanálisis nos da un nuevo elemento que vale la pena comentar: "la población urbana de bajos ingresos, por primera vez, dejó de votar mayoritariamente por el líder carismático".
Partiendo de que el 44% de la población electoral no votó y que el resto se dividió (29% por el "NO" y 27% por el "SÍ"). Considerando que la estratificación socioeconómica de la población es, aproximadamente 3% AB, 18% C, 34% D y 45% E y viendo las encuestas previas, entonces se llega a la conclusión de que el 29% de los electores que votaron "NO" se componen, más o menos, de 9 puntos porcentuales de votantes AB y C y 20 puntos porcentuales de votantes D y E. Si se considera, además, que los 27 puntos porcentuales que votaron "SÍ" no son exclusivamente de estos dos estratos, entonces se puede plantear que el voto de los dos estratos menos favorecidos socioeconómicamente se partió casi por mitad. Los pobres que abandonaron al Presidente en esta ocasión fueron, además, predominantemente urbanos. Esto se evidencia en el hecho de que Chávez perdió en todas las principales ciudades del país y, por ende, en los 7 estados más urbanos, mientras que ganó en los 15 estados más rurales o menos urbanizados.
Las explicaciones de este fenómeno son varias: Los estratos bajos urbanos pueden estar recibiendo más dinero de las misiones o subsidios, pero el dinero en las ciudades tiene menor valor de compra que en el campo.
Aun teniendo el dinero, los pobres urbanos están confrontando un nuevo problema nacional: el desabastecimiento. Tienen dinero pero hay problemas para conseguir los productos básicos simbólicos para el consumidor nacional, como es el caso de la leche. El pobre urbano es "más víctima" del principal problema del país: la delincuencia, que el pobre rural y de ciudades menores.
Las frustraciones de las promesas no cumplidas, en empleo, vivienda, salud y educación se sienten más y se comunican más en las grandes urbes que en los centros poblados menores. Los urbanos se desengañan más rápidamente de las esperanzas no cumplidas que los rurales. El tiempo de los urbanos es más rápido que el de los rurales. De allí lo siguiente: Los pobladores de las grandes urbes son menos leales políticamente que los pobladores de las ciudades menores y poblados rurales. Los partidos de oposición, ante su escasez de recursos humanos y financieros, abandonaron en buena medida el campo, luego los pobladores de esas localidades no tienen mayor contacto con una alternativa política al chavismo.
No es totalmente cierta la interpretación del Presidente cuando dice que perdió porque 3 millones de sus 7 millones de votantes en diciembre de 2006 no habrían ido a votar. Dado que la abstención subió de 25 a 44% y los votos de oposición subieron de 4. 292.466 (que fueron los obtenidos por Manuel Rosales) a más de 4,5 millones de votos por el "NO" (4.521.494 votos en el Bloque A y 4.539.707 para el Bloque B), entonces es evidente que la subida relativa de los votos de oposición es relevante y tiende a venir, al menos en parte, de esos votantes urbanos y pobres que antes sufragaron masivamente por el Presidente. No podemos decir que esta situación vino para quedarse, pero lo que sí es cierto es que cuando la gente prueba la infidelidad¿ normalmente no para.
lvleon@cantv.net
Pero el último reporte quincenal de escenarios Datanálisis nos da un nuevo elemento que vale la pena comentar: "la población urbana de bajos ingresos, por primera vez, dejó de votar mayoritariamente por el líder carismático".
Partiendo de que el 44% de la población electoral no votó y que el resto se dividió (29% por el "NO" y 27% por el "SÍ"). Considerando que la estratificación socioeconómica de la población es, aproximadamente 3% AB, 18% C, 34% D y 45% E y viendo las encuestas previas, entonces se llega a la conclusión de que el 29% de los electores que votaron "NO" se componen, más o menos, de 9 puntos porcentuales de votantes AB y C y 20 puntos porcentuales de votantes D y E. Si se considera, además, que los 27 puntos porcentuales que votaron "SÍ" no son exclusivamente de estos dos estratos, entonces se puede plantear que el voto de los dos estratos menos favorecidos socioeconómicamente se partió casi por mitad. Los pobres que abandonaron al Presidente en esta ocasión fueron, además, predominantemente urbanos. Esto se evidencia en el hecho de que Chávez perdió en todas las principales ciudades del país y, por ende, en los 7 estados más urbanos, mientras que ganó en los 15 estados más rurales o menos urbanizados.
Las explicaciones de este fenómeno son varias: Los estratos bajos urbanos pueden estar recibiendo más dinero de las misiones o subsidios, pero el dinero en las ciudades tiene menor valor de compra que en el campo.
Aun teniendo el dinero, los pobres urbanos están confrontando un nuevo problema nacional: el desabastecimiento. Tienen dinero pero hay problemas para conseguir los productos básicos simbólicos para el consumidor nacional, como es el caso de la leche. El pobre urbano es "más víctima" del principal problema del país: la delincuencia, que el pobre rural y de ciudades menores.
Las frustraciones de las promesas no cumplidas, en empleo, vivienda, salud y educación se sienten más y se comunican más en las grandes urbes que en los centros poblados menores. Los urbanos se desengañan más rápidamente de las esperanzas no cumplidas que los rurales. El tiempo de los urbanos es más rápido que el de los rurales. De allí lo siguiente: Los pobladores de las grandes urbes son menos leales políticamente que los pobladores de las ciudades menores y poblados rurales. Los partidos de oposición, ante su escasez de recursos humanos y financieros, abandonaron en buena medida el campo, luego los pobladores de esas localidades no tienen mayor contacto con una alternativa política al chavismo.
No es totalmente cierta la interpretación del Presidente cuando dice que perdió porque 3 millones de sus 7 millones de votantes en diciembre de 2006 no habrían ido a votar. Dado que la abstención subió de 25 a 44% y los votos de oposición subieron de 4. 292.466 (que fueron los obtenidos por Manuel Rosales) a más de 4,5 millones de votos por el "NO" (4.521.494 votos en el Bloque A y 4.539.707 para el Bloque B), entonces es evidente que la subida relativa de los votos de oposición es relevante y tiende a venir, al menos en parte, de esos votantes urbanos y pobres que antes sufragaron masivamente por el Presidente. No podemos decir que esta situación vino para quedarse, pero lo que sí es cierto es que cuando la gente prueba la infidelidad¿ normalmente no para.
lvleon@cantv.net
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